LOS PROFESORES interinos se reúnen y, por acuerdo unánime, deciden subirse el
sueldo un 20% y que se les paguen dietas por asistencia a reuniones de
departamento, sesiones de evaluación y claustros. La noticia es más falsa que
las clonaciones del surcoreano Hwang Woo-suk. Y es falsa porque los profesores
interinos no tienen capacidad para hacerla verdadera.
Sin embargo hay otros muchos interinos que sí tienen capacidad para hacerlo y lo
hacen. Son los interinos de la clase política: diputados (nacionales y
autonómicos), senadores, concejales, etcétera. Más interinos no pueden ser.
Desempeñan sus puestos por designación digital de sus respectivos partidos y son
elegidos en una lista cerrada que no permite votar individualmente a las
personas. Su prueba de acceso es gritar en los mítines e insultar a los
contrarios. Después llega la interinidad por cuatro años y a vivir que son dos
días.
Como estos interinos sí tienen capacidad, se ponen todos de acuerdo y deciden
subirse el sueldo y las prebendas por asistencia a reuniones varias, sin el más
mínimo pudor y respeto al resto de los contribuyentes que pagan sus salarios. En
el caso reciente de Galicia han aplazado su decisión por el revuelo que se ha
montado. Pero ya encontrarán ocasión de ponerla en práctica, ya lo verán.
Los interinos del Congreso de los Diputados recibían estas Navidades una cesta
igualitaria, comprada con el dinero de los contribuyentes. Alguno protestó
porque le dieron paleta ibérica en vez de jamón o porque no incluía las cuatro
patas del gorrino. Estas cosas no deberían suceder. Si su señoría quiere una
cesta de Navidad, cómpresela, ya le pagan suficiente como para permitírselo.
A los políticos interinos se les paga para que arreglen los problemas de los
demás. Sin embargo se pasan el día discutiendo e insultándose y sólo se ponen de
acuerdo para arreglar sus problemas salariales. Una vergüenza.
Artículo de M. L. CasaldeRey publicado en La Voz de Galicia. |