Carta de una maestra que se siente equivocada ... |
Soy funcionaria, maestra, con treinta y un años de servicio y he llegado a la conclusión de que me equivoqué: al ser responsable en mi trabajo, al tratar a mis alumnos como cosa mía, al llevarme sus problemas a casa, al pasar alguna noche sin dormir, al enseñarles a respetar a los demás, al transmitirles responsabilidad; en suma, al concebir mi trabajo como un servicio público.
Siento que tras toda una vida laboral, cuando veía cercana la jubilación, he recibido un castigo: me bajan el sueldo, no me puedo jubilar, si me pongo enferma me reducen el 25% del sueldo, me aumentan las horas de trabajo...
Y yo me pregunto: ¿Dónde están los padres? ¿Por qué no apoyan a los profesores? ¿Acaso ellos también se equivocaron al confiar a los docentes la responsabilidad de educar a sus hijos?
Si la enseñanza estuviera en manos de la mayoría de nuestros "políticos" sus hijos habrían aprendido: a derrochar lo que no es suyo, en lugar de compartir, a insultarse los unos a los otros, en lugar de respetarse, a ver cuál es el líder, en lugar de valorar lo bueno de cada uno, a ser egoístas, en lugar de preocuparse por los intereses de los demás, a cerrar los ojos a las desgracias de los demás, en vez de arrimar el hombro, a medrar a costa de todo y todos.
Lo único que nos queda, en estos momentos difíciles, es la conciencia de haber hecho todo lo que hemos podido y saber que hemos inculcado a nuestros alumnos esos valores que "ahora" no están de moda.
Ana María G. R. Maestra CEIP Maestro Fco. Martínez Bernal |