En la Mesa Sectorial de Educación del pasado 29 de octubre de 2024 decidimos NO apoyar la oposición, por desgracia el tiempo nos ha dado la razón. El resto de sindicatos votaron apoyando una oposición que a la postre está resultando catastrófica.
Solo hay que echar un vistazo a las calificaciones, en la mayoría de especialidades prácticamente ya sabemos que quedarán plazas desiertas antes de la realización de los ejercicios orales (que son los que benefician a los docentes con experiencia).
Esta oposición, no sirve para dar estabilidad a los docentes que vienen trabajando, es más bien una ruleta rusa con resultado incierto. Los miembros de los tribunales se quejan, reciben mucha presión por parte de la Consejería que les aprieta en los plazos y hay que hacer las correcciones en un tiempo récord. El número de opositores y por tanto de exámenes a corregir se ha disparado con respecto a otras oposiciones anteriores y el resultado es decepcionante.
¿Para qué sirve pelear baremos valorando la experiencia al máximo (como defiende SIDI) si cuando llegue el baremo ya están las plazas otorgadas?
El baremo simplemente servirá para ordenar a los supervivientes de este proceso selectivo con visos de exterminio en el que en muchas especialidades (las más numerosas) quedarán plazas desiertas.
SIDI defendía realizar la parte oral en primer lugar (la Consejería se negó), esto permitiría por un lado potenciar a quienes tienen experiencia en las aulas, y por otro lado quitar presión a los tribunales que, hiciesen lo que hiciesen, finalizaban con los exámenes escritos, evitando hacer cribas innecesarias entre los opositores con el fin de cumplir los plazos impuestos por la Consejería de Educación.
Desde SIDI seguiremos insistiendo en la modificación del actual sistema (como ya defendimos en abril ante el Ministerio) y esperamos que se impulse cuanto antes un nuevo sistema mas objetivo y equitativo
Ademas, la Consejería se muestra controladora de todo el proceso, coloca a dedo a los presidentes de tribunal y de esta forma dirige los resultados como le place, simplemente echando la culpa a los opositores de su falta de capacidad trata de quedar exonerada de toda responsabilidad, pero este sistema fracasado es responsabilidad de la propia Consejería que hace oídos sordos a nuestras críticas. La Consejería, que coloca a dedo a los presientes, luego dice no poder controlar la dificultad de los exámenes prácticos cuando es ella quién selecciona a las personas que los elaboran. Estaría bien que se hiciese una encuesta entre los miembros de los tribunales para que éstos valorasen el nivel de dificultad de las pruebas prácticas, ya que ellos las sufren en sus correcciones al igual que los opositores en su realización.
Algunos tribunales han planteado hacer tres orales por día, la Consejería impone un mínimo de cuatro, todo para el ahorro de pago de dietas alcanzándose 7 y 8 pruebas por día.
Estos son los datos, mucha suerte a los supervivientes en el oral.